Susana ataca
Publicado el 10 de julio en el diario La Primera
La intensidad de la campaña de desprestigio sobre Susana Villarán, es la expresión de la forma en que la extrema derecha se comporta cuando las urnas le dan la espalda.
Ninguno de los anuncios que este sector político inventó sobre la gestión de Susana se han cumplido: jamás se cerró un Hospital de la Solidaridad ni se les cambio de nombre, al contrario ahora funcionan mejor; ni por asomo Patria Roja conduce el municipio; no se paralizó ninguna obra de Castañeda, sino que se las perfeccionó y culminó. Es decir, la profecía autocumplida se estampó contra la realidad.
Ello no significa que la gestión municipal sea óptima; de hecho ésta requiere ubicar la mejor forma de gobernar la ciudad, para que a la par de la cantidad de decisiones no visibles, se transite hacia una agresiva visibilización de lo avanzado, como vienen haciendo acertadamente los Hospitales de la Solidaridad.
Y es que a una ciudad acostumbrada por ocho años a la falta de comunicación remplazada por carteles adjudicando obras a un alcalde rodeado de corrupción, le cuesta entender que justamente los mayores problemas de Lima no son cuestión de cemento.
Los aparecidos
Por otro lado Castañeda (el que le gana a todos en la segunda vuelta), aparece para motivar la alucinada propuesta de la revocatoria, que no tiene ningún sustento legal, ya que como bien ha hecho ver la Onpe, ésta sólo procedería luego de un año de gestión municipal.
Como se observa, Solidaridad Nacional es sólo un partido de papel, carente de una visión del país, conducido por opacos personajes, por lo que ya se viene resquebrajando antes de haberse instalado el futuro Congreso.
No es casual tampoco que esta semana hayan aparecido manifiestos emanados del fundamentalismo católico, acusando absurdamente a la alcaldesa de promover lo que estas sectas denominan ideología de género.
Así, es claro que lo más retrogrado de nuestra sociedad se aglutina para impedir que todos tengamos los mismos derechos y las mismas libertades. Bajo la sombra del Cristo del Morro Solar, el extremismo católico pretende fungir de contención frente a una inexistente amenaza.
En las redes
Pero acaso lo más intenso de esta disputa política se esté viviendo en las redes sociales de internet, donde han aparecido grupos a favor de Susana y otros en contra. Circula también un cuadro comparativo de la gestión de los primeros seis meses de Castañeda frente a los de Susana, en el que se evidencia sin atenuante el mayor y más consistente trabajo de la alcaldesa, en muchos casos debiendo solucionar entuertos que la gestión anterior dejó sin resolver.
De hecho la explicación de algunos regidores o funcionarios de la actual gestión, en el sentido de presentar el asunto como falta o inadecuada comunicación enfoca sólo una parte del problema; pero de ningún modo es desatinada la idea de que un gobierno de la magnitud del de Lima, pueda desarrollar una política de comunicación alternativa vía los medios convencionales o no.
Ninguna instancia privada o pública debe estar vetada de antemano para proponer y ejercer alternativas de comunicación de masas, más aún si conocemos las limitaciones de la ofertad televisiva por ejemplo.
3 octubre, 5 junio
Más allá de las consideraciones planteadas, la campaña de desprestigio es parte de la estrategia política de los derrotados en Lima y en el país. Nadie podría haber pronosticado hace nueve meses que el poder al fin se trasladaría en el Perú hacia una conducción distinta, alejada del extremismo neoliberal que secuestró al país desde hace casi veinte años, de la mano de un conservadurismo hipócrita expresado en la invisibilización de diversos temas que hoy afloran y el país reconoce.
Eso es lo que finalmente los que han perdido se resisten a aceptar, por lo que apelan desde sus medios y voceros a la confrontación abierta. Las urnas, a pesar de todo el poder y el dinero gastado para manipular nuestro voto, han decidido; las autoridades como Susana y Ollanta, están en la obligación de encarnar el mandato que resultó producto de su propuesta. La lucha no acabó ni el 3 de octubre ni el 5 de junio, sino que estas fechas marcan el inicio de un proceso de reorientación de la sociedad.
¿Seremos últimos?
El Perú acaso sea el último país en la región que debía incorporar una lógica de desarrollo progresista, y el mandato de los votos lo ha determinado así. Esta lógica implica la discusión y decisiones sobre temas que permanecieron vetados por décadas y que sin duda afectará una serie de intereses e ideologías arcaicas. Pero no hay otra forma de lograr un desarrollo social efectivo, que no sea trabajar en paralelo el desarrollo económico y el desarrollo mental.